Cuáles son los cruces adecuados para peatones y por qué los puentes son antipeatonales

En nuestras ciudades procarro se exige a peatonas y peatones que utilicen puentes por «seguridad». Estas infraestructuras en realidad están pensadas para privilegiar a los vehículos motorizados.


Los peatones son los actores viales que tienen la máxima prioridad en nuestro espacio público. Todos somos peatonas/es y por eso un día al año se promueve esta fecha en memoria de Bridget Driscoll, la primera persona atropellada por un auto en 1896. Al año, unos 270.000 peatones son asesinados en las vías.

En este 17 de agosto, Día del Peatón, insistimos en la necesidad de eliminar y dejar de construir los puentes mal llamados peatonales, que en realidad son infraestructuras antipeatonales que privilegian la circulación de vehículos motorizados.

Este tipo de infraestructuras no solo que son más costosas que un cruce peatonal a nivel, sino que además exigen que la persona extienda su trayecto y haga un esfuerzo adicional para evitar que se detenga el flujo de vehículos motorizados.

Para empezar a priorizar a las personas en nuestras ciudades, y no a la circulación de vehículos motorizados, es necesario que se hagan cruces a nivel de vía, es decir pasos cebras con semaforización. Esta infraestructura no solo que agilita el paso de peatonas/es sino que favorece también a quienes tienen movilidad reducida.

Los puentes antipeatonales afectan al menos en siete aspectos a nuestras ciudades, según la iniciativa Liga Peatonal, que promueve en México la eliminación de estas infraestructuras.

Problemas que generan los puentes antipeatonales

Entre los perjuicios que provocan estas infraestructuras a nuestras ciudades, están:

  • Falta de accesibilidad: no basta con poner rampas o ascensores porque eso no elimina el esfuerzo que se exige a las personas para desplazarse grandes distancias. Nuestras ciudades necesitan ser caminables;
  • Inseguridad: estas infraestructuras suelen convertirse en escenarios para asaltos y acumulación de basura;
  • Exceso de velocidad: uno de los principales problemas es que, al desplazar a las personas, se facilita que los vehículos superen los límites permitidos. No se debe promover la circulación de vehículos motorizados sino la de las personas;
  • Ubicación inadecuada: generalmente se instalan pensando en los vehículos y no en el denominado ‘camino del peatón’, es decir, la ruta que las personas seguimos al caminar o desplazarnos en silla de ruedas. Eso provoca que las personas no los utilicen y lógicamente busquen el trayecto más rápido para cruzar;
  • Inequidad en el espacio público: insistimos, los puentes antipeatonales solo favorecen el trayecto de vehículos motorizados, atentando a la prioridad que tienen peatonas y peatones, como establece la pirámide de movilidad, consagrada en nuestra Ordenanza para el uso de bicicleta y vehículos de micromovilidad en Guayaquil;
  • Atentan a la movilidad: los puentes antipeatonales no favorecen medios de transporte sustentables y sostenibles, como la bicicleta y la micromovilidad; y su costo podría utilizarse no solo en cruces a nivel sino en mejorar el transporte público, que es el que utiliza la mayoría de personas;
  • Son más costosos: la implementación de un puente antipeatonal, en el caso de Guayaquil, cuesta alrededor de un millón de dólares; mientras, para habilitar por ejemplo el cruce a nivel en la avenida Francisco de Orellana, a la altura de Mall del Norte, se invirtió unos $66.000.
Un puente antipeatonal cuesta aproximadamente 15 veces más que un cruce a nivel de vía
(foto: Juan Pablo Pérez, Masa Crítica Guayaquil)

Culpar a peatones: ¿desconocimiento o acción antipeatonal?

En nuestras ciudades se promueve la implementación de puentes antipeatonales como una solución ‘segura’ para peatones, pero como hemos visto, es todo lo contrario.

Ya sea por desconocimiento o visión antipeatonal, desde las autoridades se promueve este tipo de obras como la solución más efectiva para la caminabilidad y esa idea cala en la sociedad.

De ahí nace la culpabilización a peatonas/es: se acusa a las personas de no valorar su vida por no usar esta infraestructura antipeatonal. Es un discurso difundido también por ciertos medios de comunicación y periodistas, que se instala en la opinión pública.

Estos son solo tres ejemplos de discursos antipeatonales en los medios:

Cruce a nivel de vía con el denominado paso pompeyano, que privilegia el paso de peatones
(foto: Juan Pablo Pérez, Masa Crítica Guayaquil)

Por todas estas razones, instamos no solo a que nuestras autoridades implementen cruces a nivel de vía sino que además se retiren de nuestras ciudades los puentes antipeatonales, monumentos al sistema procarro que aún rige en nuestras vías.

#PeatonesPrimero


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